sábado, 11 de diciembre de 2010

Un intolerante más


Un concejal de Maracena, que dice lo que escribe en su muro, demuestra una sensibilidad a prueba de ratas.

Su mezquindad, su insolvencia sentimental, está cercana a su paranoia, proveniente de esa escuela tradicional del socialismo andaluz, que siempre se ha creído el engreído y repelente niño Vicente, que estaba por encima del bien y del mal, por encima del insulto y del exabrupto.

No es de extrañar que estos niños traigan estas balas, pues han venido mamando odio y totalitarismo de manera perpetua. Nadie les explicó nunca el valor de la palabra "discrepancia", adivirtiéndoles a la vez que, disentir, en democracia, no solo es sano, sino que es habitual y necesario.

Su intolerancia da escalofríos. Sobre todo, tras ver que el insultón maracenero que adorna la foto de arriba es, dice él que es, un Educador Social de la UGR. Habrá que revisar esos planes de estudio de la carrera, puesto que no es posible que uno que dice ser diplomado de Educación Social, suelte por sus teclas ese veneno, impropio de un universitario, impropio de un demócrata.

Tras la cosa esa que escribe, es de esperar que este concejal luche por la vuelta de las cámaras de gas para eliminar a los que discrepamos del pensamiento único. Enfín. Me parece indigno, no ya por él, sino por lo que él representa.

Si no dimite hoy mismo este sujeto, estará haciendo un flaco favor a la democracia.

Así lo escribo, porque así lo pienso.

2 comentarios:

  1. Ni una palabra más Pepe, lo has bordado... es un impresentable.

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  2. Los del partido popular soys almas candidas y siempre con buenas palabritas,sigue así José.

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